La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una condición crónica que afecta a personas de cualquier edad, siendo más frecuente hacer su diagnóstico entre los 15 y los 40 años. La detección y el inicio temprano del tratamiento de la EII mejora considerablemente la calidad de vida y evita situaciones que pueden poner en riesgo la vida de los pacientes.

La EII agrupa enfermedades que se caracterizan por la inflamación crónica del tracto digestivo a distintos niveles. Dentro de ellas encontramos:
- Enfermedad de Crohn: afecta cualquier tramo del tubo digestivo, todo su grosor y puede ser continua o por segmentos.
- Colitis ulcerativa: afecta el colon y el recto, limitándose únicamente a la capa más superficial.
Aún se desconoce la causa exacta por la cual se produce la EII, existen varios factores que podrían estar implicados en su desarrollo:
- Genéticos: la EII es más frecuente en personas con familiares que padecen la enfermedad.
- Ambientales: se piensa que la exposición a ciertos factores podría desencadenar la EII como, por ejemplo: cigarrillo, estrés, depresión, medicamentos como ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno, entre otros.
- Disfunción del sistema inmune: debido a una respuesta anormal del sistema inmunológico, las células del tracto digestivo son identificadas como sustancias extrañas y atacadas.

La EII se puede manifestar de distintas formas que varían según el grado y el compromiso inflamatorio, así como de la severidad de la enfermedad. Los síntomas más comunes son:
- Diarrea persistente con o sin sangre
- Dolor abdominal
- Pérdida de peso
- Fatiga
En algunos casos, se pueden presentar complicaciones graves:
- Perforación intestinal
- Sangrado
- Disminución de la luz intestinal o estenosis
- Obstrucción intestinal
- Fístulas (comunicación anormal entre dos partes del cuerpo)
- Desnutrición
Basado en los síntomas del paciente y su historia, el médico podrá realizar exámenes para confirmar el diagnóstico: cuadro hemático, examen de materia fecal, estudios endoscópicos (colonoscopia, sigmoidoscopia, endoscopia de vías digestivas altas) e imagenológicos (tomografía, resonancia, radiografía).
El tratamiento de la EII depende por un lado del autocuidado y por otro, del uso de medicamentos que buscan principalmente evitar o disminuir la inflamación del tracto digestivo y permitir que este sane.

Dieta y estilo de vida
- Tomar abundantes líquidos (agua)
- Dejar de fumar
- Evitar la leche y sus derivados
- Comer pequeñas porciones
- Controlar el estrés (relajación, meditación, actividad física)
Medicamentos:
- Antiinflamatorios como los aminosalicilatos y los corticoesteroides.
- Biológicos dirigidos contra proteínas implicadas en el proceso inflamatorio.
- Inmunomoduladores encargados de disminuir la respuesta anormal del sistema inmune contra el tracto digestivo.
- Antibióticos en casos donde además se presente una infección.
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