El consumo desmedido de algunos medicamentos puede favorecer la aparición de problemas renales crónicos.
¿Sabías que el consumo inadecuado de ciertos medicamentos puede afectar la función de tus riñones? Los médicos tienen un término para esto: nefropatía por analgésicos, y es a lo que se exponen quienes suelen automedicarse.
Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) usados para aliviar el dolor, como aspirina, naproxeno o ibuprofeno, son seguros cuando se toman esporádicamente ante alguna molestia. Sin embargo, cuando se prolonga su uso es posible que aparezcan problemas renales crónicos, que pueden identificarse con los siguientes síntomas:
- Presencia de sangre en la orina.
- Náusea y vómitos.
- Cambios en la frecuencia y cantidad de la orina.
- Debilidad, somnolencia o letargo.
- Sensación de entumecimiento en brazos y piernas.
- Inflamación generalizada.
Esta sintomatología se desencadena por la acumulación de toxinas y desechos que no pueden ser filtrados por un riñón enfermo.
¿Necesitas atención?
Es importante tener en cuenta que la afección también puede desarrollarse sin provocar ningún cambio notorio. Por ello, es indispensable asistir frecuentemente a chequeos médicos y realizarse pruebas como análisis de sangre u otros.
Identificar el problema a tiempo ayuda a prevenir patologías graves como insuficiencia renal, cáncer o aterosclerosis.
¿Qué otras sustancias afectan los riñones?
Alcohol: los riñones realizan su tarea de filtrar con la ayuda de diferentes hormonas, que pueden verse afectadas por el consumo de alcohol.
Gaseosa y refrescos: investigaciones han relacionado el alto consumo de bebidas azucaradas con una mayor posibilidad de sufrir de enfermedad renal crónica. Estas bebidas tienen altos niveles de ácido fosfórico, que se asocian con la aparición de cálculos renales.
Embutidos: el salero no es la única fuente de sodio que consumes. Algunos de los alimentos que compras en el supermercado vienen con sodio agregado, lo que implica una mayor carga para los riñones que deben filtrarlo y sacarlo del cuerpo a través de la orina. Para un adulto, se recomienda consumir menos de 6 gramos de sal (una cucharada cafetera), es decir, 2300 miligramos de sodio por día.
La importancia de beber agua
El agua es un gran aliado de los riñones porque ayuda a disminuir la presión arterial, elimina excesos de sales y toxinas, y previene la formación de los cálculos renales. De acuerdo con la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina el consumo diario debe ser el siguiente:
- 3,7 litros para hombres
- 2,7 litros para mujeres
Si no se consume lo suficiente, los riñones tendrán dificultades para disolver los desechos, que pueden acumularse y formar las temidas piedras en el riñón.
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