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Cita con tu bienestar

¿Qué hacer si mi hijo sufre una torcedura de tobillo?

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Los esguinces de tobillo son una de las lesiones más frecuentes en los niños. Esta parte del cuerpo está formada por tres huesos con ligamentos (tejido resistente y elástico que mantienen unidos los huesos), y que ayudan a evitar que la articulación del tobillo se mueva demasiado. 

Generalmente ocurren cuando hay un movimiento o giro repentino; es decir, cuando el pie se da la vuelta y los ligamentos están muy estirados, lo que produce desgarros y sangrado, que a su vez se manifiestan como hematomas e hinchazón. La mayoría de los tobillos torcidos involucran lesiones en los ligamentos del lado exterior del tobillo: ese es el esguince de tobillo lateral. Los ligamentos en el interior del tobillo también pueden lesionarse –esguinces de tobillo medial–, así como los ligamentos que están en la parte alta y en el medio del tobillo, también llamados esguinces de tobillo alto. Y aunque pueden ser leves, moderados o severos, en cualquier caso, duelen. 

Es más probable que estos movimientos ocurran cuando los niños están corriendo, saltando o cambiando rápidamente de dirección –en deportes como el baloncesto o el fútbol–; también pueden acontecer por una caída en la que el tobillo se tuerce, al caminar o hacer ejercicio en una superficie irregular, o si una persona pisa o cae sobre su pie durante una actividad deportiva. 

Los signos y síntomas de un esguince de tobillo varían según la gravedad de la lesión, y pueden incluir: dolor, especialmente si el niño soporta peso sobre el pie afectado, sensibilidad al tocar el tobillo, inflamación, moretones, rango de movimiento restringido, inestabilidad en esta zona, y sensación de estallido o sonido en el momento de la lesión. 

Tenga en cuenta que la atención en el seguimiento es una parte clave para el tratamiento y la seguridad de su hijo. Consulte a su médico para determinar el manejo requerido y asegúrese de asistir a todas las citas; probablemente requiera de una radiografía para constatar que no exista una fractura en el hueso. Es necesario que llame a las líneas de atención si el niño presenta problemas: si observa que el dolor o la hinchazón empeoran en lugar de mejorar, si el pie está frío o entumecido, o si el dolor no desaparece como se esperaba.

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¿Has sentido alguno de estos síntomas?



Ahora bien, es importante que usted conozca cómo puede cuidar a su hijo en casa: durante los primeros días después de la lesión o del inicio del dolor, proteja el tobillo, pues éste quedará expuesto a nuevas lesiones. Puede hacerlo mediante vendajes o soportes; si no hay un hueso roto, el niño puede poner peso sobre el tobillo. Es necesario guardar reposo tanto como sea posible, por lo menos durante los primeros dos o tres días. Para fortalecer los ligamentos, se recomienda realizar ejercicios de rango de movimiento tres veces al día (el niño puede escribir el alfabeto en el aire con los dedos de los pies); también puede aplicar hielo en una bolsa durante 15 a 20 minutos de manera constante en la parte afectada. 

Es posible que su médico le haya dado a su hijo una férula, un aparato ortopédico, un estribo de aire u otra forma de soporte de acuerdo a la capacidad que tenga para caminar, y para proteger el tobillo hasta que sane: haga que el niño lo use según las indicaciones mientras el tobillo se está curando, y no se lo quite a menos que su especialista se lo indique. Podrá utilizar vendas elásticas o tobilleras que ayuden a descansar el tobillo; si a su hijo le dieron una venda elástica, déjela puesta durante las próximas 24 a 36 horas, el vendaje debe quedar ajustado, pero no tanto como para causar entumecimiento u hormigueo: esté atento a los cambios en la circulación. Para volver a vendar el tobillo, comience en los dedos de los pies y envuélvalo alrededor de la articulación, terminando de ocho a diez centímetros arriba del tobillo. 

Asimismo, el niño deberá mantener el tobillo elevado por encima del nivel del corazón cada que sea posible para disminuir la hinchazón de la zona, esto se hace mejor recostándose y apoyando el pie sobre almohadas. 

Cabe señalar que los esguinces de tobillo pueden tardar de varias semanas a meses en sanar. Cuanto más dolor e hinchazón tenga su hijo, más grave será la lesión y más tiempo tomará en recuperarse. El niño podrá caminar más rápido y recuperar la fuerza en el tobillo siguiendo un buen tratamiento en casa. Asegúrese de que siga todas las restricciones de actividad, y los ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para evitar una nueva lesión; su médico o fisioterapeuta podrán ayudarlo a guiar su regreso al juego.

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