
No solo es un ejercicio físico, bailar es también una actividad que activa diversos sistemas del cuerpo, generando numerosos beneficios para la salud. Conoce cuáles son.
Bailar es una actividad que pone en funcionamiento múltiples sistemas en el cuerpo humano, generando efectos importantes a nivel neurológico, hormonal y cardiovascular. Más allá de ser un ejercicio físico, el baile es un estímulo integral que beneficia incluso la salud mental.
Si mientras bailas experimentas una recarga de felicidad, es importante que conozcas que esa sensación proviene de nuestro cerebro que libera sustancias que nos hacen sentir bienestar. También sentimos mucha más energía gracias a la adrenalina, que nos impulsa a seguir moviéndonos, mientras que la serotonina nos calma y nos ayuda a olvidarnos de la angustia.
Ahora bien, ¿qué pasa en el cerebro? Al bailar, este procesa la música a través del córtex auditivo, que interpreta los sonidos, mientras el sistema de recompensa asocia la actividad con sensaciones de placer. Esto genera la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, que contribuyen al bienestar emocional y reducen el estrés.

Por otro lado, el córtex motor coordina los movimientos, y el cerebelo regula el equilibrio y la precisión, fortaleciendo las conexiones neuronales y mejorando la memoria y la coordinación. El sistema límbico (estructuras cerebrales que intervienen en el procesamiento de las emociones, la memoria y el comportamiento), que incluye estructuras como la amígdala y el hipotálamo, vincula la música con las emociones, facilitando la expresión emocional y la regulación del estrés. Estas interacciones convierten el baile en una actividad terapéutica y enriquecedora.
¿Qué se produce a nivel físico?
El baile estimula la liberación de adrenalina, aumentando los niveles de energía y mejorando la respuesta física. También promueve la secreción de miocinas, proteínas que producen los músculos y que ayudan a reducir la inflamación, optimizar el metabolismo y mejorar la sensibilidad a la insulina. Estos efectos contribuyen a una sensación de bienestar general.
El baile combina beneficios físicos y emocionales que impactan positivamente la salud. Sin embargo, personas con problemas articulares o condiciones cardiovasculares deben consultar a un médico antes de practicarlo.
Cabe destacar, que además de mejorar el bienestar, bailar puede retrasar la aparición de padecimientos o enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer, convirtiéndose en una herramienta valiosa para la salud integral.





