¿Existe alguna manera de reducir el riesgo de padecer cáncer de cérvix?
En Colombia, el cáncer de cérvix es el segundo tipo de cáncer más frecuente y de mayor mortalidad en las mujeres. Sin embargo, es uno de los pocos tipos de cáncer que se puede prevenir casi totalmente y se considera de buen pronóstico cuando se detecta y se trata a tiempo.
El cérvix es la parte inferior y más estrecha del útero. Cuando las células de esta zona cambian, se tornan anormales y se multiplican de manera desenfrenada se habla de cáncer de cérvix o cuello uterino. Si el cáncer avanza, se puede propagar y afectar tejidos más profundos u órganos distantes como el hígado, la vejiga o los pulmones.
La mayoría de los casos de cáncer de cérvix están relacionados a infecciones causadas por el virus del papiloma humano (VPH). Este tipo de virus es muy frecuente y se puede transmitir de una persona a otra durante las relaciones sexuales. Existen más de 100 cepas distintas de VPH, no obstante, solo dos (16 y 18) son responsables de más de la mitad de los casos de cáncer de cuello uterino.
Existen varios factores que se asocian a un mayor riesgo de padecer esta enfermedad:
- Inicio temprano de relaciones sexuales (antes de los 16 años o al año de la primera menstruación).
- Múltiples compañeros o parejas sexuales.
- Uso de anticonceptivos orales (especialmente si se utilizan por más de 5 años).
- Enfermedades de transmisión sexual (ETS).
- Inmunosupresión.
- Múltiples embarazos.
El cáncer de cérvix suele ser una enfermedad silenciosa. En algunos casos puede manifestarse a través de sangrados anormales (postmenopausia, entre dos periodos menstruales, después de las relaciones sexuales o de un examen ginecológico), flujo vaginal o dolor durante las relaciones sexuales. En estadíos más avanzados se puede presentar dolor en huesos y articulaciones; pérdida de peso y de apetito; dolor pélvico y fatiga; entre otros.
Si bien existen tratamientos específicos que buscan corregir, detener o evitar la propagación de esta enfermedad, la prevención sigue siendo la clave del manejo. Dentro de las recomendaciones más importantes respecto a la prevención de esta patología tenemos:
1. Pruebas de tamizaje:
La citología cervicouterina permite detectar cambios precancerosos en las células del cuello uterino. Cuando estos cambios se identifican a tiempo se pueden tratar evitando así que se desarrolle el cáncer. Esta prueba se puede iniciar a partir de los 20 años y se debe continuar por lo menos hasta los 64 años. Los controles se deben realizar mínimo cada 3 años o cada año dependiendo de los resultados anteriores. A partir de los 30 años se puede efectuar concomitantemente la prueba de detección directa del VPH.
2. Vacuna contra el VPH:
La vacuna protege contra las cepas de VPH que se han asociado al desarrollo del cáncer de cérvix. En general, se recomienda su administración antes del inicio de la vida sexual. En Colombia, esta vacuna hace parte del programa ampliado de inmunización (PAI). Teniendo en cuenta que la vacuna solo protege contra las infecciones nuevas por VPH, es importante continuar con la realización periódica de la citología cervicouterina aun cuando se haya recibido la vacuna.
3. Cambios en el estilo de vida:
Dejar de fumar así como llevar una vida sexual segura y responsable pueden disminuir el riesgo de padecer este tipo de cáncer.
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