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Las pruebas de sangre son utilizadas por los proveedores de atención médica para controlar su salud o ayudar a diagnosticar enfermedades. Si bien pueden hacer parte de un examen físico de rutina, también revelan la presencia de muchos trastornos y afecciones. Asimismo, evalúan la función de los órganos y muestran si el tratamiento de una enfermedad está dando resultados.
Además de salvar vidas, los beneficios de la donación de sangre pueden incluir una mejor salud cardíaca al reducir el espesor de la sangre y disminuir la posibilidad de sufrir un ataque al corazón. Este acto voluntario también ayuda a aminorar la cantidad de hierro en el cuerpo –que si bien es necesario, en exceso resulta tóxico–. Igualmente, el altruismo está asociado a una buena salud mental.
Tener altas concentraciones de azúcar en sangre puede ser grave si no se trata. Cuanto más altos sean los niveles, mayor será el riesgo de desarrollar complicaciones por diabetes. Realizar una prueba de glucosa en sangre de manera regular y evaluar síntomas con su médico pueden ayudar a mantener los niveles equilibrados.
Cuando los pacientes necesitan una transfusión de sangre, es importante que reciban un tipo de sangre compatible con el suyo. De lo contrario, este proceso puede hacer más daño que bien. Aunque su tipo de sangre sea raro, común o intermedio, sus donaciones pueden ayudar a muchas personas, especialmente a quienes padecen cánceres de la sangre y a aquellas que necesitan cirugía.